2 errores que te hacen procrastinar una y otra vez (y cómo eliminarlos)

desarrollo personal el cómo del éxito

Descubre cómo dejar de procrastinar y ser 100% productivo en tu día a día

Puedes escuchar este episodio y descargarlo gratuitamente desde mi podcast: Show El Cómo Del Éxito

Sumario

¿Alguna vez has sentido que podías ser más eficiente, que podías ser más productivo o que te distraes con demasiada facilidad y a la mínima estás navegando por las redes sociales?

De hecho, han pasado las horas, y has estado muy ocupado, incluso estresado, pero ha llegado el final del día y sientes que prácticamente no has hecho nada.

Es cierto que estamos en la mejor época de la historia, porque nunca antes ha habido tanta abundancia ahí afuera. Pero esto es un arma de doble filo, porque al mismo tiempo, nunca antes ha habido tantas distracciones ahí afuera.

Por eso, en este episodio te doy las claves para dejar de procrastinar que creo que nadie o casi nadie habla de ellas y que considero que son vitales.

El primer error que cometen muchas personas y que les hace procrastinar continuamente es el de ocuparse demasiado. Y es que para mantenerte en tu zona de confort, tu mente hace que te mantengas continuamente ocupado para asegurarse de que no tengas tiempo de hacer lo que realmente deberías hacer para pasar a tu siguiente nivel.

El segundo error que cometen las personas y que les hace procrastinar una y otra vez es sentir que van sobradas. Para explicarte esto, recurriré a la Ley de Parkinson, que dice que una tarea perdura según el tiempo que tú te hayas planificado para realizarla. Y muchas veces, planificas menos cosas de las que podrías hacer porque le dedicas demasiado tiempo a cada tarea, por lo que procrastinas hasta cumplir con el tiempo que te has planificado.

Mira el vídeo hasta el final para descubrir en detalle estos dos errores y conseguir el equilibrio en el que está tu máxima eficiencia, tu máxima productividad.

Por último, comparte este vídeo con aquellas personas que procrastinen una y otra vez y sientan que, aunque están muy ocupadas, no son nada productivas.

Evita estos dos errores si quieres dejar de procrastinar y ser altamente productivo

¿Alguna vez has sentido que podías ser más eficiente, que podías ser más productivo, que podías tener un mayor rendimiento? Han pasado las horas, y tú has estado muy ocupado, incluso estresado, pero ha llegado el final del día y tú sientes que prácticamente no has hecho nada. ¿O alguna vez has sentido que te distraías con demasiada facilidad, a la mínima ya estabas mirando Instagram? O ¿has tenido un objetivo que al conseguirlo os iba a dar a tu familia y a ti una mayor calidad de vida, pero han pasado los días, han pasado los meses, y ahí seguía sin salir a la luz?

Como sabes, la ciencia de la consecución es algo que me apasiona, algo que me obsesiona, porque sí que es verdad que estamos en la mejor era de la historia, en la mejor época de la historia, porque nunca antes ha habido tanta abundancia ahí afuera, nunca antes ha habido tantas oportunidades ahí afuera. Estoy seguro de que puedes sentir todas las ventajas que hay ahí afuera. Pero ¿qué ocurre? Que esta es un arma de doble filo por dos razones. Por un lado, porque nunca antes ha habido tantas distracciones, tantas cosas que puedes hacer; y por otro lado, porque nunca antes hemos estado tan cómodos.

Por lo tanto, es muy importante que aprendas a ser productivo, es muy importante que aprendas a sacar tus proyectos, tus tareas adelante para poder conseguir tu éxito, para poder cumplir con tu misión, para poder sentirte realizado.

Así que en este vídeo te voy a dar dos claves que creo que nadie o casi nadie habla de ellas y que considero que son vitales.

Clave #1. Deja de ocuparte demasiado

La primera clave para dejar de procrastinar, el primer error que cometen las personas y que por ello procrastinan una y otra vez es el de ocuparse demasiado.

Y me explico: una de las mayores armas que utiliza tu mente para dejarte en tu zona de confort, para que procrastines lo que realmente debes hacer… adivina cuál es: la de mantenerte ocupado todo el tiempo, porque si te mantiene ocupado todo el tiempo estás haciendo muchas cosas pero así se asegura de que no tengas tiempo de hacer lo que debes hacer para pasar a tu siguiente nivel.

Y te pondré un ejemplo. Cuando yo estaba en esa etapa en la que ya sabía que mi trabajo me hacía sentirme frustrado, mi trabajo me hacía sentirme vacío y que quería reinventarme profesionalmente, lo único que hacía mi mente, o lo único que intentaba, era que me ocupara de cosas. Llegué incluso a tener dos trabajos, a estar emprendiendo a la misma vez… En definitiva, ella quería que me ocupara; y si tenía un poco de tiempo en el fin de semana, hacía que me fuera, que me emborrachara, que pasara el domingo de resaca, para no poder ni siquiera pararme a pensar. O que me fuera de viaje… Pero lo que quería ante todo era que estuviera ocupado, porque si estás ocupado nunca tienes tiempo de pararte a pensar en esa vida de la que quieres escapar, en ese objetivo que realmente debes cumplir para salir de esa zona de confort; porque, como ya sabes, esta es la función de tu mente.

Y esto mismo ocurre en tu día a día. Nuestra mente intenta que estemos muy ocupados para que estemos dispersos, para que estemos desenfocados, para que estemos tratando de gestionarlo todo y dejar de hacer realmente lo importante, lo que nos va a sacar de esa zona de confort, lo que nos va a llevar hacia nuestro siguiente nivel.

Y para evitar esto, te propongo hacerte dos preguntas, con las que jugamos un poco con la Ley de Pareto. Es decir, vamos a buscar ese veinte por ciento que realmente nos va a llevar hacia nuestro siguiente nivel.

La primera pregunta es la de: «¿Estoy haciendo esto solo porque me hace sentir cómodo, estoy haciendo esto solo porque está dentro de mi zona de confort, estoy haciendo esto solo porque me lo dice mi ego?».

Y te pondré un ejemplo. Cuando yo estaba escribiendo mi primer libro, comencé a escribir, comencé a escribir… Pasaron meses, seguía escribiendo… Y llegó un punto en el que yo ya tenía terminado mi libro, pero yo seguía escribiendo, yo seguía perfeccionándolo… Y ¿por qué? Porque mi zona de confort se había convertido solo en el hecho de escribir, y en realidad tenía miedo, o mi mente estaba intentando que no pasara a ese siguiente nivel, que era el hecho de lanzar el libro, el hecho de obtener feedback de mis lectores… Por eso me mantenía perfeccionándolo. Y esto era de nuevo un arma que utilizaba mi mente para mantenerme en esa zona de confort.

Por lo tanto, debes hacerte esta primera pregunta: «¿Esto es totalmente necesario o lo estoy haciendo porque forma parte de mi zona de confort?».

Y la segunda pregunta. La segunda pregunta es la siguiente: «¿Puedo delegar esta tarea; es fácil, es asequible delegar para mí esta tarea y que todo siga igual?». Ya que, admítelo, hay tareas que no es necesario que hagas tú, hay tareas que estás haciendo solo por inercia pero que puedes delegar en otra persona; o puedes subcontratar a alguien para que lo haga simplemente haciendo un pequeño manual de procedimientos, haciendo un protocolo.

Hace unos meses yo me di cuenta de que perdía, dedicaba mucho tiempo a revisar todos mis correos. Entonces lo que hice fue delegar esto, lo delegué en una persona de mi equipo que revisa todos mis correos, hace un filtrado y a mí solo me envía los que realmente yo debo revisar, los que realmente yo debo contestar. Y esto debes hacer tú, preguntarte

Qué puedes delegar en esa fase de tu negocio, qué puedes delegar en tu profesión. Porque esto va a marcar la diferencia en tu productividad, en tu eficiencia.

Va a marcar la diferencia en el hecho de que estés haciendo estrictamente lo necesario para llevar tu departamento, para llevar tu empresa al siguiente nivel.

Clave #2. Deja de sentir que vas sobrado

Y el segundo error que cometen las personas y que les hace procrastinar una y otra vez es el siguiente: sentir que van sobrados, o sentir que van sobradas. Y ¿qué significa esto? Pues para explicarte esto me gustaría recurrir a la Ley de Parkinson, que dice que una tarea perdura según el tiempo que tú hayas planificado dedicarle. Entonces, ¿qué es lo que sucede? Que a veces tú planificas tu mes, planificas tu semana, planificas tu día, pero programas menos cosas de las que podrías hacer, por lo tanto dejas que pase el tiempo y eres improductivo.

Por ejemplo, ha habido veces que yo me he planificado dos horas para escribir un post cuando podría haberlo hecho en media hora. Y ¿qué ha ocurrido? Que me he pasado esas dos horas diciendo «ok, voy a investigar un poco por aquí, voy a ver este vídeo», y al final he terminado con veinte ventanas abiertas, he acabado distraído, he acabado procrastinando, porque me he propuesto dedicarle más tiempo a esa tarea del que realmente era necesario.

Así que, simplemente hazte la siguiente pregunta cada vez que vayas a planear tu día, a planear tu semana, a planear tu mes: «¿Este es el tiempo que le debo dedicar a esta tarea o me estoy poniendo, me estoy planificando más tiempo del que es estrictamente necesario?». Porque ya sabes que planifiques lo que planifiques al final lo vas a gastar, al final vas a dedicar todo ese tiempo. El problema es que si planificas más tiempo de la cuenta, pues vas a procrastinar una y otra vez hasta que llegue el momento de realizar esa tarea.

Y como conclusión, te diré que vigiles muy bien estos dos extremos. Es decir, que por un lado te asegures de no tener tu plato demasiado lleno; pero por otro lado, que te asegures también de no tener tu plato demasiado vacío, porque en ese equilibrio está tu máxima eficiencia, en ese equilibrio está tu máxima productividad.

Espero que te haya gustado este episodio. Y si es así, te recomiendo dos cosas: en primer lugar, que hagas clic aquí para suscribirte a mi canal de Youtube y ser el primero en recibir todos los nuevos episodios que iré subiendo, para avanzar continuamente así hacia tu siguiente nivel.

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